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Jesús le encargó a los doce que hicieran discípulos de todas las naciones. Su encargo era complicado por el hecho de que el cristianismo era una religión ilegal. Cada carta a las iglesias del Nuevo Testamento fue escrita a una congregación que tenía que reunirse en secreto en la casa privada de alguien. La eclesiología presentada en las epístolas fue por lo tanto diseñada para hacer discípulos en entornos más pequeños. Usando estas prácticas apostólicas de la iglesia, el Reino de Dios se extendió como levadura a través de las naciones del Imperio Romano. Estas pequeñas iglesias enseñaron efectivamente al pueblo de Dios a obedecer todo lo que Jesús mandó.
Las iglesias pequeñas todavía pueden tener un gran impacto usando las mismas prácticas ya probadas y verdaderas de la iglesia primitiva. Las iglesias que han adoptado el enfoque del Nuevo Testamento son más orgánicas que organizadas, más familiares que corporativas, más pequeñas en lugar de grandes, más relacionales que programadas, más informales que formales, enfocadas más en los unos a otros que en cualquier líder, y prefieren la autenticidad sobre la experiencia. La eclesiología del primer siglo también fue diseñada para involucrar a todos los santos, haciendo de cada miembro un ministro. Esta dispersión de la carga ministerial también eliminó la presión indebida del liderazgo bi-vocacional. He aquí algunos ejemplos de sus prácticas en la iglesia:
- Una reunión de la iglesia del siglo I no era como asistir pasivamente al teatro. Cualquier miembro podía contribuir verbalmente a las deliberaciones. La directiva principal era que todo lo dicho tenía que edificar la iglesia. Los líderes eran más como entrenadores a un lado que jugadores estrella.
- Sus tiempos de enseñanza eran más debates dinámicos que monólogos. La madurez espiritual y las habilidades de pensamiento crítico se dispararon subsecuentemente.
- La Cena del Señor se celebraba cada semana, como una comida real (de ahí el nombre: cena). Era un tiempo de comida, compañerismo, ministerio de unos a otros y construcción de unidad.
- La principal autoridad de los líderes residía en su capacidad de persuadir con la verdad. Los líderes se tomaron el tiempo para servir a la iglesia construyendo un consenso congregacional sobre las decisiones principales. Este proceso fortaleció a la iglesia a través del proceso democrático.
Adoptar la eclesiología del Nuevo Testamento puede realmente poner a su pequeña iglesia en posición de hacer una diferencia significativa en las vidas de aquellos que el Señor le ha confiado. Estas prácticas tempranas han sido una gran bendición para nosotros durante más de treinta años. ¡Podrían serlo también para tu iglesia!
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