9
Ministerios de Predicación & Enseñanza
¿Qué rol jugaba la predicación y la enseñanza en la iglesia primitiva? El pueblo de Dios necesitaba una enseñanza profunda de la Palabra de Dios. Hechos 2:42 revela que los primeros cristianos se dedicaron a sí mismos a las enseñanzas de los apóstoles. El enseñar está enlistado como uno de los dones del Espíritu en 1 Corintios 12. Pablo urgió que si alguno tenía el don de enseñar, “se le deje enseñar” (Ro 12:7). Aquellos ancianos que trabajan duro en enseñar y predicar deben ser apoyados financieramente por la iglesia (1 Tim 5:17).
1 Corintios 14 contiene una prescripción detallada para la reunión típica de iglesia. Una de las lecciones a aprender de 1 Corintios 14 es, que las reuniones de iglesia no deben ser dominadas por una sola persona, sin importar cual sea su don espiritual. Cada uno de los hermanos debe tener la oportunidad de contribuir a la reunión. La enseñanza claramente está incluida en la lista de actividades que pueden suceder, pero fue metida en la mezcla de manera maravillosamente caballerosa (14:26). Claramente, las primeras reuniones de iglesia en casa no estaban primeramente enfocadas en el estudio bíblico. En este contexto, si un maestro dotado ejercía su don semanalmente de manera profunda, necesariamente bloquearía las expresiones de los otros dones. Se le debe dar el mismo peso a una variedad de contribuciones: cantar, testimonios, oración, profecía, lenguas, enseñanzas, etc. Por ello cada enseñanza tendría que ser más corta, en vez de más larga, para permitir que los demás dones sean ejercitados libremente. Si la reunión de 1 Corintios 14 no es un tiempo para que los superdotados maestros presenten enseñanzas compresivas, ¿entonces cuando es ese tiempo?
La respuesta es simple. Las enseñanzas intensas y largas deben ser hechas en reuniones especiales de ministración, no durante la reunión regular del Día del Señor. Las reuniones semanales de la iglesia local deben enfocarse en la Cena del Señor, seguidas de un tiempo participativo de unos a otros ordenado y verbal (1 Co 11:17-22; 14:23). La meta de todo ello es que sea para edificación (1 Co 14:26). Tales reuniones de iglesia deben ser más pequeñas (una veintena de personas) en vez de grandes (cientos o miles de personas), y no dominadas por una sola persona.
En contraste a las reuniones de iglesia, las reuniones de ministración generalmente se enfocan en los dones individuales de una persona (o unos pocos), y puede ser tan grande como la acomodación de la reunión lo permita. Si 5,000 creyentes quieren reunirse a escuchar a alguien exponer las Escrituras, ¡maravilloso! Sin embargo, es importante asegurarse de que cada uno de los involucrados sean concientes de que tal reunión no es iglesia. Es sencillamente una reunión de ministración.
Por ejemplo, por dos años Pablo sostuvo discusiones diarias en la escuela de Tirano, con el resultado de que todos los que vivían en la provincia de Asia escucharon la palabra del Señor (He 19:9-10). Cuando estuvo en Roma, Pablo se alquiló una casa y desde allí valientemente y sin impedimento predicó el Reino de Dios y enseñó sobre el Señor Jesucristo (He 28:30-31). Estas reuniones de ministración no reemplazaron las reuniones regulares de la iglesia local, sino que fueron una adición a ellas. Otro ejemplo de reuniones grandes de ministración era el ministerio público de sanidades que los apóstoles desarrollaron en el Pórtico de Salomón (He 5:12-16, 42). Grandes multitudes se reunían para escuchar el Evangelio y traer a sus enfermos para ser sanados. Sin embargo, estos grandes servicios diarios de predicación y sanidad no suplantaron a las reuniones más pequeñas y regulares de la iglesia en casa (He 2:46, 8:3).
Hay muchos ejemplos modernos de reuniones de ministración. Bill Gothard viajó y presentó su Instituto en Conflictos Básicos de la Juventud en varias ciudades por todo Estados Unidos. Literalmente miles de personas iban a escucharle, frecuentemente llenando el centro cívico local a su máxima capacidad. En la audiencia estaban presentes cristianos de todas las denominaciones del área. Sin embargo no era una iglesia; fue un tiempo de enseñanza diseñado para equipar a la iglesia en grande. Otro ejemplo es cuando Billy Graham llega a una ciudad, alquila el estadio, y desarrolla una cruzada evangelística. Creyentes de muchas iglesias diferentes participarán en Su cruzada. Sin embargo la cruzada no era una reunión de iglesia; era evangelismo. Aquellos que llegan a Cristo por medio de la cruzada eran guiados a las iglesias locales. Un tercer ejemplo es el ministerio musical de Bill y Gloria Gather. El pueblo de Dios asiste a sus conciertos y adora al Señor con gran entusiasmo. El pueblo de Dios después regresa a sus iglesias locales motivados y llenos de adoración. Vienen a la mente imágenes de la adoración descrita en Apocalipsis 19:1-10. Es bueno ser bendecido por tales reuniones.
Todas las reuniones de ministración deben estar diseñadas para fortalecer a la iglesia local, no suplantarla. Las verdaderas iglesias tienen el derecho de ejercitar la disciplina eclesial, tener sus propios ancianos y celebrar la Cena de Señor. Nada de esto hace parte de una reunión de ministración que funciona apropiadamente. Uno de los grandes errores de la cristiandad moderna es el confundir las grandes reuniones de ministración con las verdaderas reuniones de iglesia. De hecho, aquello que realmente es iglesia ha sido reemplazado completamente por las reuniones de ministración. Después de visitar la iglesia occidental, el cristiano chino Watchman Nee dijo que la mayoría de cristianos de occidente de hecho nunca han estado en una reunión de iglesia — ¡que todo lo que han experimentado son reuniones de ministración!
La manera occidental de llevar a cabo un servicio de iglesia es muy parecida a las reuniones de ministración del Nuevo Testamento. Es dominada por una persona dotada, con una asistencia de grandes números de personas para beneficiarse de su don. Estas reuniones de ministración puede que tengan que ver con enseñanza bíblica, evangelismo, alabanza, sanidades, motivación, etc. Tales reuniones son muy útiles y tienen su lugar correcto. Pero tales reuniones son finalmente secundarias y opcionales. Primarias e indispensables son las reuniones de la iglesia local. Las reuniones de la iglesia local deben ser más pequeñas, participativas, no enfocadas en el don de una sola persona y centradas alrededor de la Cena del Señor.
Teología de Consenso
En medio de todo nuestro énfasis en las comunidades del tamaño de una casa, es importante enfatizar que las Escrituras también describen una actitud y congregación mucho mayor: la membresía en la iglesia universal. No es sano para los creyentes el existir exclusivamente en una sola y aislada iglesia en casa. Cada iglesia en casa, hablando apropiadamente, es parte de una iglesia de ciudad mucho más grade sin importar en que lugar esté localizada. Aunque pueda que nunca se reúnan todos juntos en un solo lugar, y aunque no debe haber una autoridad eclesial externa controlándolas, todas las congregaciones en un área específica constituyen el cuerpo unificado de Cristo. Debemos cultivar una actitud de unidad, aceptación, amor, preocupación y cooperación con todos los demás creyentes en nuestra ciudad.
¿Qué tiene que ver toda esta charla sobre “iglesia grande” con predicar y enseñar? Simplemente esto: en la enseñanza y la interpretación bíblica no debemos ignorar al resto de la iglesia como un todo. La Biblia es nuestra autoridad final, pero no es nuestra únicaautoridad. El Espíritu Santo ha guiado y trabajado activamente en el pueblo de Dios por los últimos 2.000 años. Cuando la iglesia de la historia ha estudiado un asunto y alcanzado un consenso sobre este, este se vuelve autoritativo también para nosotros. ¿Realmente tenemos el derecho de disputar la teología de la iglesia de los siglos? Como lo dijo un historiador de iglesia, “Se dice que los Hechos de los Apóstoles son descritos más correctamente como los ‘Hechos del Espíritu Santo’. Pero es toda la historia de la iglesia la que debería ser escrita bajo ese título y ser apreciado como tal. Cualquier movimiento cristiano que descuide esta historia pierde la dimensión de la solidaridad con la iglesia de Cristo de todos los tiempos. El eslogan ‘¡De regreso al Nuevo Testamento!’ representa solo parte de la verdad. ‘¡Haci adelante con el Espíritu!’ es la otra mitad de esta verdad; juntos hacen la autoridad de los reformadores — que siempre ha sido la de ‘Palabra y Espíritu’. Es el mismo Espíritu que inspiró la Biblia el que está vivo en la iglesia, creando la tradición y trayendo frescamente a cada siglo la autoridad de la Palabra dada una vez.”[1]
¿Quién tiene la autoridad para decidir sobre la correcta interpretación de la Biblia, una sola iglesia (p.ej. Roma), el creyente individual o la iglesia universal como un todo? En un extremo, los Católicos Romanos declararán que como individuo no se supone que usted deba interpretar su Biblia, sino que más bien usted debe aceptar lo que Roma declare que signifique. En el extremo opuesto, sin embargo, muchos Evangélicos han reemplazado a Roma con un nuevo Papa en la forma de cada creyente individual. “Solo yo y mi Biblia.” ¿Hay ahí mucha diferencia?
Los autores de este libro abogamos por la ortodoxia histórica cristiana vertida en los odres de los patrones de la vida eclesial del Nuevo Testamento. Creemos que las enseñanzas originales de los apóstoles han sido preservadas en las doctrinas esenciales de la fe histórica cristiana. Jesús dijo que era de hecho para ventaja nuestra que Él se fuera, porque en Su lugar Él enviaría al Espíritu Santo para vivir en nosotros y guiarnos. La confianza en la habilidad del Espíritu para enseñar y dirigir al pueblo de Dios, nos hace concluir que en lo esencial de la teología, la iglesia de la historia ha sido enseñada por el Espíritu. Cuando se está de acuerdo hasta hoy en ciertas doctrinas básicas por los cristianos de todos los trasfondos concebibles, y así mismo virtualmente por todos aquellos que han ido antes de nosotros en la fe, eso debe llamar nuestra atención. Eso es autoritativo. Algunas de estas bases incluyen la creencia de que los 66 libros de la Biblia final y completamente componen la revelación escrita de Dios para nosotros, la doctrina de la Trinidad, la deidad de Cristo, la naturaleza propiciatoria de la obra de Jesús en la cruz, la justificación por gracia por medio de la fe unido a las buenas obras, el futuro retorno corporal de Jesús, la futura resurrección de los muertos de sus tumbas y el juicio futuro.
La doctrina Protestante original de sola scriptura (solo la Escritura)incluía la creencia de que, en tanto que la Biblia es nuestra autoridad final, no es nuestra única autoridad. La iglesia como un todo también es una autoridad (aunque una secundaria). Asi como Pablo de escribió a Timoteo, la iglesia es “el pilar y fundamento de la verdad” (1 Tim 3:15). Cuando la iglesia entera llega a las mismas conclusiones con respecto a la teología, es esto autoritativo. Las enseñanzas contrarias a las doctrinas en las cuales la iglesia como un todo se ha puesto de acuerdo, no deben ser tenidas en cuenta.
La iglesia de la historia nos ha transmitido varios credos y confesiones. La palabra “credo” viene de una raíz Latina que simplemente significa, “yo creo.” ¿Sabía usted que incluso hay un credo post-neotestamentario, hecho por la iglesia impreso en su Biblia? Se llama el “Índice.” Los libros de la Biblia no fueron finalmente compilados y organizados sino hasta cierto tiempo después de la era apostólica. ¿Cómo podemos confiar en la iglesia de la historia para darnos la colección correcta de libros que se supone deben estar en nuestras Biblias, y sin embargo no también confiarle el darnos la teología correcta sobre lo que esa misma Biblia enseña? La mayoría de personas que se resisten a aceptar los credos básicos de la iglesia son aquellas que abrazan teologías aberrantes, negando uno o más de los esenciales enlistados anteriormente.
Ya que no son inspirados, se debe tener en cuenta que los credos y confesiones de varias iglesias pueden tener errores. Esto se hace muy obvio debido al hecho de que difieren los unos de los otros en algunas partes. Sin embargo, lo que debe llamar nuestra atención es más en dónde los credos y confesiones se alinean en acuerdo no coercitivo en varios puntos. Es de cierta manera ingenuo, incluso arrogante, pensar que se ha descubierto una nueva verdad que el 99% de todos los demás que han estudiado alguna vez la Biblia fallaron en ver. Debemos cultivar una humildad histórica, un espíritu de sumisión mutua con la iglesia como un todo y con la iglesia de los siglos pasados. El que los pastores, maestros, laicos, historiadores, catequistas y teólogos todos juntos hayan llegado a la misma conclusión con respecto a la teología básica es significativo. Aunque la práctica de la iglesia está más allá del ámbito de los credos, es importante considerar que los estudiosos de cada denominación están en acuerdo general con respecto a las prácticas de la iglesia primitiva como iglesias en casas, reuniones participativas, la Cena del Señor como comidas de comunión, liderazgo eclesial no jerárquico y el apoyo de acianos calificados, evangelistas y plantadores de iglesias itinerantes.
Deshágase de las interpretaciones de la iglesia como un todo, y usted solamente quedará con un subjetivismo individual. Keith Mathison, a lo largo de The Shape of Sola Scriptura (El Molde de Sola Sciptura), ha destacado hábilmente que el Evangelicalismo Americano moderno ha redefinido sola scriptura en términos del racionalismo secular del Siglo de las Luces y del escabroso individualismo democrático. Esta reinterpretación moderna garantiza la autonomía de juicio y razón a cada creyente individual. El resultado es el relativismo, subjetivismo y el caos teológico que vemos en el Evangelicalismo moderno hoy. Mathison destaca que cada uno de nosotros viene a la Escritura con diferentes presuposiciones, puntos ciegos, ignorancia de los hechos importantes, y aun más importante, sin pecado. Ya que no estamos siendo neutrales, cada uno de nosotros interpreta cosas en la Escritura que realmente no están ahí, y así mismo pasa por alto cosas que si están allí. La razón y la conciencia se convierten en el intérprete final. La verdad universal y objetiva de la Escritura virtualmente se deja sin efecto, porque en vez de que la Iglesia proclame a una voz lo que enseña la Biblia, cada individuo interpreta la Escritura de acuerdo a como le parezca correcto a sus propios ojos. El mundo no creyente se queda escuchando una cacofonía de voces conflictivas en vez de la Palabra del Dios viviente. En el análisis final, cada individuo es responsable de establecer su propio credo.[2]
Las ideas teológicas caprichosas seguirán creciendo como la maleza en un jardín. Los vientos doctrinales demoniacos siempre soplarán y lanzarán de un lado a otro a los que no tienen fundamento. Estos retos deben ser puestos en perspectiva. ¿Qué preferiría usted echar por la ventana, una posición teológica novelesca reciente de unas pocas personas o las convicciones teológicas de la iglesia cristiana universal a lo largo de los siglos? La escogencia está entre la fe probada y aprobada del cuerpo colectivo del pueblo de Dios, y el juicio privado de unos pocos objetores individuales. Las falsas enseñanzas pueden ser definidas ampliamente como cualquier cosa que se sale de la fe histórica ortodoxa as guardada por el consenso general de la Iglesia cristiana por los últimos dos milenios.
La iglesia como un todo claramente ha hablado concerniente a la correcta interpretación de las doctrinas fundamentales de la fe cristiana. Negar estas es negar las enseñanzas de la Biblia. Quienes no se atienen a la sana ortodoxia no deben tener permiso de enseñar su falsa doctrina (1 Tim 1:3), y no deben ser reconocidos como apóstoles, ancianos, maestros o diáconos (1 Tim 3:9, Tito 1:9). Las iglesias individuales no son como pequeños botes en fila en el Lago Plácido. En cambio, pasaremos por tormentas de alta mar. Los retos vendrán. Las enseñanzas aberrantes pasaran por toda la cubierta. No es un asunto de ‘si’, sino de ‘cuando’. Al oponerse a la teología herética, los ancianos y maestros deben declarar, como capitanes de un barco de guerra, “¡Repelan a los que abordan!” Debemos instruir gentilmente a quienes se oponen, “con la esperanza de que Dios les conceda el arrepentimiento para conocer la verdad, de modo que se despierten y escapen de la trampa en que el diablo los tiene cautivos, sumisos a su voluntad” (2 Tim 2:25-26).
— Steve Atkerson
Preguntas de Discusión
1. ¿Que rol jugó, respectivamente, la predicación y la enseñanza en la iglesia primitiva?
2. Si la reunión estilo 1 Corintios 14 no es el tiempo para que los maestros sobrenaturalmente dotados presenten enseñanzas comprensivas, ¿entonces cuando es ese tiempo? Explique.
3. ¿Cuál es la diferencia entre una reunión de iglesia y una reunión de ministración?
4. ¿Por qué es importante el ser capaces de cuestionar algo que se está enseñando? ¿Cuándo no es apropiado cuestionar una enseñanza?
5. Bíblicamente, ¿cuál es la diferencia entre predicar y enseñar?
6. ¿Que rol debe jugar el consenso en la correcta interpretación de la Biblia?
7. Un historiador escribió que ‘¡Volver al Nuevo Testamento!’ solo representa parte de la verdad. ‘¡Adelante con el Espíritu!’ es la otra mitad de esa verdad. ¿A qué se refería con ello?
8. ¿Quién tiene autoridad para decidir sobre la correcta interpretación de la Biblia, una sola iglesia (p.ej. Roma), el creyente individual (sea usted o el Papa) o la iglesia universal como un todo? Explique.
9. ¿Qué rol deben jugar los primeros credos en nuestro sistema de creencias?
10. ¿Qué preferiría usted echar por la ventana, una posición teológica novelesca reciente de unas pocas personas o las convicciones teológicas de la iglesia cristiana universal a lo largo de los siglos? ¿Por qué?
11. ¿Qué podemos hacer para asegurarnos de que nuestra iglesia permanezca alineada con la ortodoxia histórica cristiana?
12. Si usted mismo se encuentra en una iglesia en casa en la cual no hay maestros dotados, ¿qué puede hacer usted para exponer a su familia a enseñanzas sólidas?
Nota: La NTRF también ofrece recursos para maestros, para ayudar a dirigir una discusión sobre la vida de la iglesia neo-testamentaria. PidaThe Practice of The Early Church: A Theological Workbook (Leader’s Guide) en www.NTRF.org.
[1] Tom Dowley, ed. Eerdman’s Handbook to the History of The Christianity (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdman’s Publishing Co., 1977), 16.
[2] Keith Mathison, The Shape of Sola Scriptura (Moscow, ID: Canon Press, 2001).